Con el 100% de su territorio declarado santuario marino, Palau alcanza un inigualable nivel como destino de buceo. En él confluyen tres corrientes oceánicas que dan lugar a una deslumbrante vida marina, incluso para el buceador más experimentado. Además de la prolífica biodiversidad, cuenta con agujeros marinos, naufragios de la Segunda Guerra Mundial, arrecifes de coral vírgenes, túneles y vertiginosas paredes.